A merced de un dios salvaje. Paseos por la Sonsierra.

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<< Caminó entre las negras siluetas de las carrascas y los pinos. Las Peñas del León y Bombalachi se alzaban inmensas horadadas por antiguas cuevas de eremitas.

La oscuridad acentuaba los olores. Enebro, tomillo, romero, espliego. Un rosal silvestre le arañó el pantalón. Caminó hasta la viña de garnacha. Sus cepas altas y vigorosas creaban un dosel de manera que dificulltaba la vendimia.

(A merced de un dios salvaje. Andrés Pascual) >>

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