A merced de un dios salvaje.- Paseos por la Sonsierra.

Continúa descendiendo por la calle, a pocos metros encontrarás un poste direccional que  señala tu destino: hacia la izquierda, a 1,1 km, Santa María de la Piscina.

<<“A comienzos del siglo XIX se decía que los mejores vinos tenían francés, y no  era por las barricas de roble. Los campesinos invitaban a los soldados invasores asomarse a los lates de piedra para ver cómo burbujeaban por la fermentación, es empujaban con el horquillo, los mantenían sumergidos hasta que morían ahogados y, pasados unos días, lo único que quedaba de ellos en el fondo eran cuatro telas y las hebillas del uniforme”

(A merced de un dios salvaje. Andrés Pascual).>>.

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