El río y los viñedos del valle: un paisaje entre castillos.
Desde este panel tenemos una perfecta visión del valle del Ebro. Los viñedos de esta zona se sitúan a unos 300 metros de altitud y los suelos son de arena y cascajo. A nuestra espalda encontramos viñedos que sobrepasan los 500 metros de altitud en unos suelos arcilloso calcáreos. Muchas son las diferencias respecto al cultivo del viñedo entre estas dos zonas, ya que, además de las características del suelo, cambian notablemente otros parámetros como la fuerza del viento, las temperaturas y la humedad.
En la zona del valle las rociadas son más numerosas y la maduración se adelanta. La vendimia comienza en esta zona y, debido a la climatología, se obtienen racimos con granos más gruesos.
En la zona bajo la sierra, las uvas tienen el grano más pequeño, más acidez y más color, debido a que las cepas soportan temperaturas más bajas y vientos más fuertes. En esta zona veremos aparecer la Garnacha, ya que esta variedad resiste mejor los fuertes vientos.
El cambio climático está motivando que cada vez se planten viñedos a más altitud buscando las condiciones climatológicas más favorables ante el ascenso de la temperatura y la disminución de las lluvias.
El paisaje del viñedo en otoño es un verdadero espectáculo. El verde del viñedo pierde su protagonismo para dar paso a tonos ocres, amarillos, naranjas y rojizos. Los colores nos hablan sobre la variedad de la uva; en las variedades de uva blanca el verdor de las hojas se mantiene durante más tiempo que en las variedades de uva tinta, y además podemos apreciar las siguientes diferencias a medida de que las hojas van perdiendo la clorofila
- Tempranillo blanco.- Las hojas se tornan ocres y amarillas
- Tempranillo tinto.- Los tonos son rojizos y anaranjados
- Garnacha.- Tonos amarillos
- Graciano.- Rojizos y naranjas
- Viura.- brillantes amarillos
A medida de que avanza noviembre, las hojas se tornan marrones y el viñedo comienza su hibernación para esperar paciente a la próxima primavera.